Cuando tu cabello necesita un poco de atención y mimo, las mascarillas son tu arma secreta. Al usarlas una o dos veces a la semana, dependiendo de tu tipo de cabello y su estado, revierten el daño y dejan tu melena saludable y con un acabado luminoso.
¿Cuáles son las mejores mascarillas para el cabello dañado?
- Kérastase Masque Reconstituant Hair Mask
- Mascarilla Hydrate de System Professional 200 ml
- L'Oreal Professional Serie Expert Bondifier Masque
- Olaplex No.3 Hair Perfector
- L'Oreal Professionnel Serie Expert Inforcer Masque
- Kérastase Resistance Masque Extentioniste
- Grow Gorgeous Repair Strengthening Hair and Scalp Mask
- Shu Uemura Art of Hair Damaged Hair Essentials
- Shea Moisture Superfruit Complex 10 in 1 Renewal System Hair Masque
- Joico Defy Damage Protective Masque
- Philip Kinglsey Bond Builder Split End Remedy
¿Cómo puedes saber si tu cabello está dañado?
Si usas herramientas de peinado con calor, tienes el cabello teñido o este está expuesto a climas extremos, puede que tu pelo necesite un toque extra de atención, ya que todo lo anterior puede dañarlo.
Hay unos pocos síntomas que son simples de notar: puede que tu cabello se enrede con facilidad tras limpiarlo, haya perdido su brillo y esté seco. En casos más extremos, puede ser frágil y mostrar síntomas como puntas abiertas o roturas.Aunque un corte de pelo es la única forma de librarse de las puntas abiertas, un tratamiento adecuado con mascarillas capilares puede hacer maravillas y reparar y revitalizar el cabello dañado.
¿Cómo puede reparar una mascarilla el cabello dañado?
Las mascarillas capilares son tratamientos intensivos que actúan con más intensidad que los acondicionadores. Penetran en la cutícula capilar y sus ingredientes activos actúan en el folículo más a fondo que el acondicionador normal, por lo que son una parte importante de tu rutina semanal de cuidado capilar. Normalmente, las mascarillas se formulan con una mezcla de ingredientes clave que van dirigidos a fortalecer, proteger y reparar el cabello.
- Las proteínas como la queratina y las proteínas de seda y trigo refuerzan la cutícula y fortalecen el cabello.
- Los aceites de, por ejemplo, argán, girasol y jojoba rehidratan el folículo capilar, dejándolo maleable y flexible.
Para cabellos rizados y más gruesos, los cuales normalmente necesitan más hidratación, necesitas fórmulas con base de aceite para fomentar su elasticidad. Si tu cabello es fino, hazte con fórmulas ricas en proteínas para reforzarlo sin apelmazarlo.
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