Con la llegada de la primavera, vamos retirando poco a poco la ropa de invierno, dejando su lugar a la de verano. Las temperaturas son cada vez más altas y el cuerpo pide que nos relajemos tomando el sol en la playa, con la brisa del mar; y si es acompañado con una bebida refrescante, mejor.
Suena muy bien, ¿verdad?
Las que no tenemos tiempo para aprovechar estos días de sol para ponernos morenas o simplemente no nos gusta pasar tanto tiempo bajo el sol, qué no cunda el pánico: tenemos numerosas opciones para compensarlo y lucir una piel morena y radiante.
¡Los autobronceadores!
Son un gran invento del sector de la cosmética para las que no tomamos sol por diversas razones, ¡la pereza incluida!.
Es cierto que el único incordio es tener que volver a aplicarlo regularmente, pero la ventaja es que se puede aplicar en poco tiempo y también podemos modular la intensidad del bronceado a nuestro gusto.
El tema de la textura del producto depende un poco del gusto de cada una, ya que nos ofrecen estos productos con diferentes texturas. De entre ellas, podemos elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades. Sin duda, mis texturas favoritas son: espuma, spray y aceite.
- Bronceadores instantáneos y graduales en espuma
La textura en mousse de este tipo de bronceadores, nos permite aplicar el producto en muy poco tiempo sobre un área amplia. El tono es instantáneo y se aclara en la ducha, algunos sí que protegen el color un poco más incluso en la ducha, con ayuda de un guante para exfoliar. Es recomendable el uso de un guante aplicador para que se aplique uniformemente y no deje manchas en la piel previamente hidratada con una hidratante. Suelen traer dos tonos: bronceado medio y bronceado oscuro.
En el caso de los graduales, hay que esperar un poco más para que el producto actúe hasta tener el tono deseado.
- Bronceadores en formato spray
Como los de la textura en espuma, su aplicación es muy sencilla y cómoda. Es cierto que hay que tener bastante experiencia para aplicar el formato spray, dado que a veces llegas a zonas sobre las que que no tienes el control al 100% y acabas aplicando dos o tres capas, con lo que el resultado podría llegar a no ser uniforme. Pero una vez controlamos el producto, nos ahorramos mucho tiempo y esfuerzo.
- Bronceadores en formato aceite
Este tipo de formato es mi preferido si dispongo de mucho tiempo y quiero que el bronceado dure varios días, sin tener que preocuparme en la ducha. Suelen ser autobronceadores graduales que se desarrollan después de 6-8 horas tras la aplicación. Al ser aceite, aportan hidratación y se puede aplicar el producto uniformemente mediante un masaje.
La única pega sería que toca lavarse las manos con agua abundante después de la aplicación, para que no siga desarrollándose el tono en ellas.
Elegir un buen autobronceador es igual que elegir la base adecuada de maquillaje para nuestra piel. Hay que ir probando diferentes texturas y aplicaciones hasta que encontremos el adecuado para nuestro gusto.
Amante del flatlay y entusiasta de la fotografía. Beauty Blogger encantada de compartir sus experiencias y aprender. Firme creyente en la necesidad de disponer de un buen fondo de armario. Me encanta viajar, el chocolate con pistacho y, por supuesto, café. Orgullosa chica de los 80.